Me propongo contarles el malestar que me genera trabajar nueve horas al día, sentado al lado de un “gordito”...
De mediana estatura, escasos pelos y manos amplias, este personaje al que llamare “pope”, se comporta de una manera que genera malestar dentro de un ambiente de trabajo administrativo.
Pope, ingresa al trabajo ya de por si sudando. Se echa a su silla y prende la computadora, mientras con la otra mano va cogiendo el termo para prepararse el primer mate de la mañana.
El sol se aproxima a la venta y pope, se encuentra terminando su desayuno eterno y cargado de calorías...
Alcanza su primer rebrote de calor y al instante prende el aire acondicionado. Las quejas se tornan evidentes y “pope” poniendo mala cara y hablando por lo bajo, apaga el aparato. Después que el ambiente cambio su temperatura y mas de uno se levanta a ponerse el abrigo.
Es un abonado a pedirte galletas o pan. Cuando se termina de devorar lo que le dieron, suelta una frase que genera risas “ puta, ahora me arrepiento de lo que comí.”
La puta madre, te acordaste tarde, ya no me quedan galletas ...
Vuelve a insistir con el aire acondicionado. Nos volvemos a enojar. La temperatura ni siquiera alcanzo los 20 grados...
Este pequeño relato sobre un “gordo” que no es obeso ni nada parecido, solo que su masa corporal es distinta a la nuestra.. y el malestar se torna evidente y contagioso.
Es por lejos, el personaje mas detestable de la oficina y a pesar de esto, muchas veces lo entendemos y lo dejamos actuar.
Siempre existieron estos seres que llevan una forma distinta de “estar” en el espacio físico y siempre existimos nosotros que nos quejamos...
PD: El mundo es injusto o el “gordo” es un rompe bolas...
Queda a su imaginación...
continuara......
muy bueno tu texto me gusta como utilizas las palabras
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